Hola a todos:
sé que estas semanas he descuidado un poco la faceta hispana de este blog, pero hoy vamos a invertir la tenedencia.
Hoy he vuelto a casa, a Berlín, de un intenso viaje a Israel. Como quizá algunos de vostors ya sepan, he ido a ese país para hacer una especie de viaje de estudios que ha durado dos semanas y en el que con un grupo de alemanes he recorrido todo el país en busca de testimoniso sobre el conflicto de Oreinte Próximo y el Holocausto. Después de los 11 días de viaje oficial he pasado tres días por mi ceunta en Tel Aviv, para disfrutar de una manera más reposada de la ciudad.
Las últimas semanas en la llamada "Tierra Prometida" han estado llenas de vivencias verdaderament sobrecogedoras, muchas veces contradictorias en una dimensión trágica. Oriente Próximo es una de las regiones más movidas de nuestro mundo, y cuando uno ve cosas como la frontera minada con Siria en los Altos del Golán, el muro de Jersualén, un campo de refugiados o el mueso dedicado al Holocausto en Yad Vashem (por citar tan sólo algunas cosas) el corazón se le viene abajo en vista de tanto dolor. Por otro lado, Israel es un país en el que no sólo hay dolor, sino también anhelo, ilusiones y una fuerza vital que parece nacer con tanto ímpetu precisamente en respuesta al sufrimiento impregnado para seimpre en la memoria de las gentes y actualizado con una frecuencia mayor de lo deseable.
El viaje ha sido, pues estupendo. Incluso he tenido tiempo para un encuentro íntimo con una pareja israelí - Ofer y Eran -, que tuvieron el detalle de llevarme a su casa el sábado por la noche y agasajarme con su cariño y senusalidad :-) De verdad, fue una noche muy, muy feliz.
Hoy, después de tanta vivencia acumulada, tengo la sensación de llevar el coazón a rebosar. No sé si a vostors os pasa también a veces, pero llevo todo el día con unas ansias de plenitud difíciles de verbalizar. Lloro a cada rato y vivo con una ligera impotencia la imposibilidad de captar, de abrcar con todo mi ser la profundidad y riqueza de las vivencias de los últimos días. Es algo angustioso.... Pero, por otro lado, está la certeza de que he vivido algo grande, y eso me da algo de tranquilidad y alivia mi desazón. Soy enormemente afortunado por estas oportunidades que la vida me brinda.
Bueno, por hoy nada más. Si queréis, podéis escuchar la canción que aparece en el post "Bruecken und Kreise. Ein Schlusswort" (también podéis acceder a ella a través de este link). Es en hebreo, está recién salida del horno y nos ha acompañado a mi y a mi pequeña radio durante todo el viaje. Quizá escuchándola podáis percibir una parte del ansia que yo sentía al escucharla indefectiblemente todos los días en Israel.
Un abrazo. Sahlom.
Os quiere,
P
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3 Kommentare:
Qué profundo y qué bonito Pablo!! Incluso me das un poquito de envidia aun con la desazón y todo.
Ya podrías traducir algo del alemán no?? tío!! seguro que es interesante. y unas fotitos...?
un abrazo
pd: lo del encuentro íntimo lleno de sensualidad.... :-)........ ejem
(perdón, es mi mente calenturienta ;P )
Por cierto, en Bilbao, tus padres viven en el Grupo Begoñalde???
hola pablo (de nuevo ;P)
llevaba tiempo queriendo que leyeras un "miniblog" que yo escribi muy de este tono, un mini pedazo de retazo de trozo de diario, quepa o no en esta minicuadricula, te lo quiero enviar...que tu corazon lata como el mio al leer tu texto..y se llene ;P
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17.06.08
Cómo empezar…tengo que contarlo todo, contarlo, y hacerlo más real que una foto, un puño, un suspiro de exhalación que se pierde en la multitud y en el tiempo.
Escribo desde el centro del laberinto de Marzhan Park tras guiar a mis compañeras alemanas al camino (la fuerza compensa la falta de estrategia, me bastó con subir a una piedra para descubrir el camino…)
Qué puedo decir tras 5 meses en Serbia, que, aunque dolorosos y grises, o monocromos, de un color, esencia o olor difícil de aprehender, de poner un nombre; pasaron como un sueño en un abrir y cerrar de ojos, tras dos días en Berlín, he palpitado, he sentido, he comunicado y descubierto multitud de colores, de rostros, de caminos más diversos y abiertos que allí. Es curioso como aún medio sabiendo que venía aquí absolutamente sola y tendría que manejarme absolutamente sola por la ciudad, he podido crear un espacio, un movimiento ligero a través de la ciudad, la ciudad te muestra agradable sus pasos y tú al final encuentras el camino.
Tras mi primer día, totalmente tradicional visitando Alexander Platz y cercanías, me he reconfortado verdaderamente con mis expectativas. Hasta ahora nunca imaginé que una ciudad así me iba a atraer tanto. Pero, peculiarmente, tiene todo lo que deseaba y echaba en falta de una cosmópolis (que es lo que es, más que una metrópolis): orden, abertura infinita de las calles, una asimilada idea general de la higiene y la educación.
Los momentos de soledad se compensan con las sonrisas del local, una auténtica explosión de colores formas y tendencias que no podría describir en una sola línea, es increíble como Berlín ha podido desarrollarse, expresarse como una explosión meditada de culturas, razas, idiomas y ritmos tan distintos tras la catástrofe, como ha asimilado para sí la memoria del horror para convertirse en un país más fuerte, más tolerante y abierto, crítico consigo y con el resto.
Después de admirar no sólo la harmonía sólida, y contra mis prejuicios, nada fría, sino espectacular y brillante en sí- de los monumentos, del Gran Berlín Antiguo, me adentré el segundo día en los recovecos menos esperados de la ciudad, visité una especie de Lavapiés – Fuencarral en el corazón de Berlín Este, Scheluisches Tor, un auténtico ejemplo de asimilación y fusión, de la integración de multitud de inmigrantes. Me sorprendió ver el porcentaje de español que he escuchado aquí, y no hablo de turistas…junto con la interpretación joven y libre de un nuevo Berlín que ya crítica hasta los propios orígenes de sus emigrantes (así, vi un mural latino anti-español aquí…); al mismo tiempo, recupero el calor de una mirada cazada a quemarropa por un sabediosdedónde berlinés de terraza, paseo sin miedos ni tensiones entre una gran concentración de árabes y africanos –no como en Lavapiés, creo, mucho más insegura; y, como sentía toda la fuerza de mi soledad como un viento fuerte que impulsaba mi libertad; caminando por la Avenida del15 de Junio; bajo el recuerdo de las bellísimas y últimas palabras de Xavier, me rendía feliz al privilegio de poder perderme para reencontrarme en el tiempo recóndito de lo hermoso y vacilante.
Cuando, escucho las voces que se responden, a uno y otro idioma, y se sonríen y se comportan con el mismo brillo de miradas, pienso, el mundo está en el mundo, la gente, las personas, somos un trozo, ineludible de cada parte de tierra que está continuamente latiendo y en contacto con otras que se mueven a su ritmo, en el mismo camino, y en otros que quizás no se perdieron sino que descansan para recuperar el sentido y de nuevo reencontrarse. Cómo un círculo perfecto pleno de redes abrazo el ciclo del mundo y me siento tan mínima como orgullosa de ser parte de él.
(Lande der Ideen, la tierra de las ideas)
18. 06. 08
POSTALES DE BERLÍN
(…)
-Los asientos decorados del metro, estilo arte pop y neopunk. Genial. Simplemente genial.
-Los pedazos de edificios decorándose hasta el cielo, en S Tor, defendiendo un grito en medio de la construcción.
-Descubrir la inmensidad y planicie sin límites del cielo de Berlín en Marzhan Park.
-Ciertas miradas furtivas de miedo o de deseo contenido, cazadas en el ritmo vertiginoso del metro, o en las calles de la ciudad.
-La monumentalidad que atraviesa, a veces, un suspiro mío, cuando en la lejanía se mezclan la línea del horizonte de Av15 junio y el atardecer.
-Postal musical: (imaginada en el silencio) El vacío estremecedor provocado por el “bunker”, la sala de cadáveres a imitación y memoria de las víctimas del holocausto, en el museo judío.
-(23.06.08) el atardecer en los puentes que limitaban Berlín este y oeste, der Brocken, los puentes que unen y separan, se reencontrarán en un abrazo a través del tiempo, del espacio.
FREI: LIBRE
FREIHEIT: LIBERTAD
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